El primer paso para ser feliz, es aceptarte tal como eres. Suena fácil, pero no lo es.
Aceptarse a uno mismo significa decir: “sí, lo hice”…”sí, así soy” y en muchos casos queremos que el tiempo borré lo que hicimos…que ojalá ese momento no haya sido grabado para no recordarlo nunca más…o resaltamos alguna cosa adicional para que nadie se dé cuenta de quien realmente somos.
Pero la vida es como Internet: todo lo que somos y hacemos se queda grabado. Para bien o para mal, ahí está. Y por más que queramos voltear hacia otro lado, hacer cómo que no sucedió…el hecho queda. De ahí que aceptarte cómo eres, requiere de valor, de coraje, de honestidad para decir: “Así es como soy yo”.
Si te cuesta dar ese paso, piensa: todos absolutamente todos (si, hasta aquella persona que admires) cometemos errores, perdemos en algún momento la cabeza, decimos cosas sin pensarlas, fracasamos en las metas que nos ponemos, o en no volver a repetir lo que hicimos. Y escondemos todo aquello que nos avergüenza…que nos etiqueta como “no perfectos” ante el juicio de la sociedad.
Pero, ¿adivina qué? El paso más importante para aceptar que no eres perfecto, es aceptar que eres único. Al ser cada persona única, el valor de cada uno es inmedible, pues no es repetible. Aceptarte a ti mismo es un proceso individual que no todos presenciaremos, pero que veremos, al reflejarse esa libertad en ti.
Así que, libérate de todas aquellas cargas que tengas. De todas aquellas expectativas que los demás esperan de ti. Primero ante todo, estás tú.
Si tú no te aceptas como eres, por más que alguien te amé o quiera estar contigo, no tendrá la verdadera versión de quién tú eres. Y si realmente quieres ser aceptado y amado como eres, entonces acéptate cómo realmente eres…
Aceptarse a uno mismo significa decir: “sí, lo hice”…”sí, así soy” y en muchos casos queremos que el tiempo borré lo que hicimos…que ojalá ese momento no haya sido grabado para no recordarlo nunca más…o resaltamos alguna cosa adicional para que nadie se dé cuenta de quien realmente somos.
Pero la vida es como Internet: todo lo que somos y hacemos se queda grabado. Para bien o para mal, ahí está. Y por más que queramos voltear hacia otro lado, hacer cómo que no sucedió…el hecho queda. De ahí que aceptarte cómo eres, requiere de valor, de coraje, de honestidad para decir: “Así es como soy yo”.
Si te cuesta dar ese paso, piensa: todos absolutamente todos (si, hasta aquella persona que admires) cometemos errores, perdemos en algún momento la cabeza, decimos cosas sin pensarlas, fracasamos en las metas que nos ponemos, o en no volver a repetir lo que hicimos. Y escondemos todo aquello que nos avergüenza…que nos etiqueta como “no perfectos” ante el juicio de la sociedad.
Pero, ¿adivina qué? El paso más importante para aceptar que no eres perfecto, es aceptar que eres único. Al ser cada persona única, el valor de cada uno es inmedible, pues no es repetible. Aceptarte a ti mismo es un proceso individual que no todos presenciaremos, pero que veremos, al reflejarse esa libertad en ti.
Así que, libérate de todas aquellas cargas que tengas. De todas aquellas expectativas que los demás esperan de ti. Primero ante todo, estás tú.
Si tú no te aceptas como eres, por más que alguien te amé o quiera estar contigo, no tendrá la verdadera versión de quién tú eres. Y si realmente quieres ser aceptado y amado como eres, entonces acéptate cómo realmente eres…