La definición más común de legado tiene que ver con bienes que una persona dejará a otra. Pero también incluye valores. El legado que cada uno de nosotros dejaremos inicia hoy mismo con cada acción que tomamos, en cómo tratamos a los demás. Una sonrisa, tratar con decencia a los demás, escuchar, deja huella.
Hay una historia en que un hombre sentado en un bar, inició una conversación con el mozo que estaba limpiando el piso. La conversación inicio con temas generales: clima, fútbol, hasta la familia. El hombre sentado en el bar se dio cuenta de que el mozo estaba viviendo problemas más graves que los de él; así que hizo todo lo posible por saber más detalle. El mozo estaba sumamente triste. Su vida familiar había sido un caos, no tenía dinero, ni ganas de regresar a casa. Hacía énfasis una y otra vez más en que la vida de todos los demás era mucho mejor que la de él. Y se lamentaba sobre ello.
Escuchando detenidamente el hombre sentado en el bar le contestó: ¿tú crees que tú vida es la peor? ¿Crees que nos puedes ganar a todos? Mira esto: y se movió. El hombre estaba discapacitado, usaba silla de ruedas. No sólo era eso, había sido detectado de cáncer. No sabía si vencería al cáncer o no, pero estaba seguro de algo: apreciar la dicha de despertar cada día.
El mozo se quedó boquiabierto. El hombre le hizo hincapié en lo afortunado que el mozo era. Él podía correr…contaba con más amaneceres. No tenía dolor, tenía todo para seguir adelante. Su vida podía cambiar con tan sólo cambiar de actitud. Vaya, tenía más ventaja física que la del hombre en silla de ruedas.
Al día siguiente el hombre en silla de ruedas se encontró con el mozo. El mozo era otro: su tristeza se había ido y brillaba de felicidad. El hombre preguntó: ¿qué sucedió de ayer a hoy? Y el mozo contestó: usted. Ayer antes de conocerlo, mis planes eran de suicidarme. Salir del trabajo y tirarme a las vías del tren. Al hablar con usted mi visión cambió. Con tan sólo haberme escuchado, usted hizo que tuviera nuevamente esperanza. Esperanza en mí, en mi vida. Por usted he decidido cambiar de opinión y vivir…vivir por mí…vivir por usted…
Lo que el hombre en silla de ruedas dejó en el mozo es más que una lección: es un legado. Es una sucesión…dejarle a otra persona un valor. Y este valor fue el de la vida.
Y tú, ¿qué legado vas a dejar?
Hay una historia en que un hombre sentado en un bar, inició una conversación con el mozo que estaba limpiando el piso. La conversación inicio con temas generales: clima, fútbol, hasta la familia. El hombre sentado en el bar se dio cuenta de que el mozo estaba viviendo problemas más graves que los de él; así que hizo todo lo posible por saber más detalle. El mozo estaba sumamente triste. Su vida familiar había sido un caos, no tenía dinero, ni ganas de regresar a casa. Hacía énfasis una y otra vez más en que la vida de todos los demás era mucho mejor que la de él. Y se lamentaba sobre ello.
Escuchando detenidamente el hombre sentado en el bar le contestó: ¿tú crees que tú vida es la peor? ¿Crees que nos puedes ganar a todos? Mira esto: y se movió. El hombre estaba discapacitado, usaba silla de ruedas. No sólo era eso, había sido detectado de cáncer. No sabía si vencería al cáncer o no, pero estaba seguro de algo: apreciar la dicha de despertar cada día.
El mozo se quedó boquiabierto. El hombre le hizo hincapié en lo afortunado que el mozo era. Él podía correr…contaba con más amaneceres. No tenía dolor, tenía todo para seguir adelante. Su vida podía cambiar con tan sólo cambiar de actitud. Vaya, tenía más ventaja física que la del hombre en silla de ruedas.
Al día siguiente el hombre en silla de ruedas se encontró con el mozo. El mozo era otro: su tristeza se había ido y brillaba de felicidad. El hombre preguntó: ¿qué sucedió de ayer a hoy? Y el mozo contestó: usted. Ayer antes de conocerlo, mis planes eran de suicidarme. Salir del trabajo y tirarme a las vías del tren. Al hablar con usted mi visión cambió. Con tan sólo haberme escuchado, usted hizo que tuviera nuevamente esperanza. Esperanza en mí, en mi vida. Por usted he decidido cambiar de opinión y vivir…vivir por mí…vivir por usted…
Lo que el hombre en silla de ruedas dejó en el mozo es más que una lección: es un legado. Es una sucesión…dejarle a otra persona un valor. Y este valor fue el de la vida.
Y tú, ¿qué legado vas a dejar?